Liberaciones
El Sentido de tu Universo
La poeta Katherine Estrada presenta en España su poemario bilingüe (Castellano-Catalán), Liberaciones: El Sentido de tu Universo, un testimonio lírico que desnuda su experiencia de maternidad junto al autismo, transformando el desborde emocional en una escritura luminosa, honesta y sanadora. Su voz no pide compasión, sino conciencia; no busca respuestas, sino resonancias. Liberaciones es una travesía de reconciliación con la vida, donde cada verso abre una puerta hacia la empatía y la verdad.


Liberaciones del Logos y la Razón
enigma y estima:
El poemario de Katherine Estrada.
Por VIOLETA BARRIENTOS
«La visibilidad de aquellas personas que no se comunican en nuestros códigos lingüísticos es limitada como la de la poesía, perdida si se imprime en pequeños libros, a veces rechazados en el mercado por no entretener o comunicar un contenido práctico, 'usable'...» (seguir leyendo)


El poderoso
bálsamo
de la creación
Por ALONSO RABÍ DO CARMO
«La poesía suele ser el terreno de lo inefable, de lo epifánico, hogar de visiones y experiencias que la lengua común no puede explicar y, mucho menos, expresar. Por eso, algunas veces la poesía se propone someter al lenguaje y conducirlo hacia sus posibilidades más extremas, hacia esas fronteras de la expresión en las que la palabra construye su reino para mostrarse al lector, que, de esta manera, es retado creativamente a un acto de desciframiento...» (seguir leyendo)








Presentaciones del Poemario
El Universo de Kevin
(En recuerdo del niño Kevin Moreno Rivas)
El mar atrae mi silencio,
sospecho que ahí se alojan mis más grandes amigos,
aquellos que me hacen cosquillas
cuando sólo yo los veo,
y esculpen mis morisquetas cada mañana,
mientras escucho una radio de recuerdos.
Aquí no veo más sombras.
Estoy de pie
en la orilla del mundo,
del que una vez escuché
que era ancho y ajeno.
Me retiro las prendas que eligió mi madre
esta mañana,
siempre de algodón y sin etiquetas.
Observo la luna iluminando mis huellas en la arena,
ya no hay más ruido,
sólo el rugir de las olas
que me entienden e hipnotizan.
Sé que he llegado al hogar de millones de peces,
de todos los tamaños y colores,
los vi con mi papá en la TV un domingo,
mientras mi familia me preparaba abrazos,
que siempre me hacen saltar,
y amarlos tanto.
Hoy que salí tras Él,
imitando sus pasos,
tomé un bus repleto de ánimas resignadas
con la vida que les había tocado.
Reí, salté, grité — ¡fui humano!,
me rechazaron hasta llegar a esta playa
donde he encontrado
una dádiva para mis pies
y un refugio para mis oídos.
¡Adiós, ciudad!
te he dejado de respirar,
ahora soy una estrella
que logró ver el rostro de Dios,
quien entiende el universo de mis sentidos
y me dice fuerte y claro:
—«Hijo mío, perdónalos porque no saben lo que hacen».